La crisis interna que vive el movimiento Revolución Ciudadana (RC) escaló a un punto de no retorno. El expresidente Rafael Correa anunció este 20 de noviembre que retirará su respaldo electoral a la prefecta de Guayas, Marcela Aguiñaga, en su búsqueda por la reelección. La razón del quiebre es la reunión que Aguiñaga sostuvo con Lourdes Tibán, prefecta de Cotopaxi y militante de Pachakutik, conocida por su fuerte oposición al correísmo.
La polémica se desató luego de que Marcela Aguiñaga, junto al alcalde de Guayaquil, Aquiles Alvarez, compartiera un video con Lourdes Tibán tras una reunión de la Mancomunidad para la Cuenca del Río Guayas.
El propio Rafael Correa, desde su cuenta personal de X, manifestó su profunda molestia, acusando a Aguiñaga de claudicar en principios:
«Después de salir con Lourdes Tibán bajo el argumento de que no hay «banderas políticas» para trabajar -que sí las hay, como también debe haber dignidad-, seré el primero en oponerme a la reelección de Marcela Aguiñaga. Luisa (González, ndlr) tenía toda la razón. Jamás claudicaremos en principios», escribió Correa.
Con esta declaración, el exmandatario no solo se opone al futuro político de Aguiñaga, sino que toma partido de manera definitiva en el enfrentamiento que la Prefecta mantenía con Luisa González, la actual presidenta de la RC, cuestionada por los recientes fracasos electorales.
La postura de Correa representa un cambio de opinión. Previamente, el prófugo de la justicia había calificado de «inoportunas» las declaraciones de González, quien ya había expresado que Aguiñaga y otras autoridades de la RC no debían postularse a la reelección. Sin embargo, la reunión de Aguiñaga con una acérrima detractora del correísmo llevó a Correa a respaldar finalmente la postura de González.
Esta división se produce a pocas semanas de la Convención Nacional de la Revolución Ciudadana en enero de 2026, donde se designará al sucesor de Luisa González. Hasta ahora, el único nombre anunciado es el de Felipe Vega de la Cuadra, un leal aliado de Correa, lo que anticipa un proceso de depuración política dentro del movimiento.
